Elusiva, la escritura alude a nosotros, pero, al cabo, en ella nos aparecemos más nítidamente ante nuestra propia mirada. A esto aludió también Octavio Paz: “El poema se cumple a expensas del poeta”. Como en el amor, es nuestro ser entero el que entregamos en la escritura y a la escritura: el amor se dice en la palabra y amor de la palabra es la escritura: “Las palabras hacen el amor”, quedó dicho en los días del surrealismo, cuando André Breton escribió l‘amour fou, título que acaso a estos dos libros convendría tanto como los que llevan.